Tal vez sea prudente detenernos unos minutos y reflexionar sobre nuestros orígenes como Turismo Astrónomico. Fue en el verano de 1996 cuando el Dr. Malcom Smith donaba un telescopio a la gente de Vicuña. Y si leemos con detención el artículo, lo que se pretendía era habilitar “un lugar para realizar pequeñas observaciones” al noreste de Vicuña.
Que maravilla ver cómo ese lugar, como hoy todos sabemos, se transformó en nuestro observatorio turístico Mamalluca, pionero en Turismo Astronómico en la región, y a él se sumaron luego Collowara, en Andacollo, Cerro Mayu, en Quebrada de Talca y, a fines del año pasado, Cruz del Sur, en Combarbalá.
Contamos así con una infraestructura pública de calidad que ofrecer a nuestros turistas actuales y a nuevos turistas en el futuro. Y a esto, no debemos olvidar, tenemos que agregar las iniciativas privadas que han venido a ensanchar y enriquecer la oferta regional.
Creemos que ha llegado el momento de cuidar lo que ya tenemos, de potenciarlo, estructuralo y darle una forma que nos ubique de una vez como “la” oferta en turismo astronómico en Sudamérica. Para eso, por lo menos, estamos trabajando.
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